Una antigua colega me presentó hace poco el trabajo de Hilary Jabocs Hendel (@hilaryjacobshendel), una autora que está pendiente en mi lista de lecturas futuras. En sus redes sociales da un esquema con las siete emociones básicas (miedo, ira, tristeza, asco, alegría, excitación, excitación sexual) que es muy útil para alguien que esté intentando distinguir o averiguar qué siente.

Una de las razones por las que mucha gente tiene problemas para poner límites, definir sus valores o conocer sus necesidades es porque no comprenden sus sentimientos, un asunto más profundo o más complejo que solo bien o mal. Una actividad importante de Madeja es ayudar a nuestros usuarios(as) a reconocer sus emociones como un modo de evitar el malestar que produce no poder canalizarlas.

Como también creemos que todas las emociones tienen lugar y se sienten en el cuerpo, una forma sencilla de conocerlas es descubriendo cómo reacciona cuando se le expone a una situación incómoda de manejar.

Nuestra experiencia profesional nos dice que detectar si estamos sudando, tesando los músculos o sintiendo opresión en el pecho es más fácil que saber si estamos tristes, asustados, sobrepasados o enfadados. Utilizamos un rango de técnicas que van de la respiración consciente al role playing, por citar un par de ellas. Cuando la persona práctica en una situación fingida en la consulta, es mucho más fácil empezar a abordar el asunto en la vida real.

Si estás lidiando con esta materia, igual quieres probar: ponte en una situación desagradable imaginaria, por ejemplo, y mira si recuerdas cómo responde tu cuerpo ante ella.