Una de las técnicas que utilizamos para ayudar a la gente a sentirse mejor es pedirles que escriban, por tres razones principales:

  1. Porque es terapéutico. A mucha gente le cuesta trabajo mirar dentro de sí para ver qué pasa o abrirse y hablar sobre ello con alguien. En esos casos, canalizarlo a través de la escritura es un buen remedio porque vertemos una cosa de cada vez, lo que significa una cierta organización, el primer paso para abandonar el caos. El orden implica claridad y una mejor comprensión de nuestras preocupaciones.
  2. Porque es físico. Aunque podamos pensar que escribir sale de la mente, que es verdad, se hace a través del cuerpo porque usamos la mano y un boli. El acto físico de transformar los pensamientos en palabras con la ayuda de nuestro brazo y nuestra mano acalla el ruido mental.
  3. Porque es creativo. Hasta el peor de los textos es una creación artística, es algo sobre lo que se ha actuado, se ha diseñado y elaborado como una pequeña pieza de arte, aunque este no fuera el objetivo. Al escribir no sólo decidimos el contenido, también le damos forma y ahí reside la creatividad. El resultado nunca es como habría sido en nuestras cabezas o en nuestro discurso. El acto de escribir es más lento y más reflexivo, distinguiéndose de la conversación normal, y eso es creativo.

Si tienes algo en la cabeza que no tiene sentido y no quieres o puedes compartirlo con nadie, intenta escribir sobre ello. Seguro que ayuda.